miércoles, 29 de febrero de 2012

LAS MATANZAS

Hoy en día se siguen haciendo matanzas pero son muy diferentes a como eran antes, cuando eramos pequeñas.
Se hacían matanzas en la mayoría de las casas. Las familias compraban un cerdo pequeño que se criaba en la misma casa, en zahúrdas, y quien no tenía este espacio, lo hacía en un rincón de la casa atado a la pata de la mesa.
El cerdo se iba criando con los desperdicios de la comida de la familia, cascaras de melón, sandía, tomates, cascaras de patatas que se cocían, y cuando el cerdo ya estaba grande le dábamos maíz para terminar de cebarlo.




Tener un cerdo en casa era todo un lujo, garantía de comida todo el año prácticamente, pero especialmente en verano cuando los hombres iban a trabajar al campo en días muy duros de calor.

Otras familias tenían que vender el cerdo que con tantas fatigas habían criado para obtener otros enseres. Paquita recuerda como su familia, en una ocasión,  vendió los jamones del cerdo para comprar una máquina de coser.

Toda la familia esperaba con muchas ganas el día de la matanza. Era una fiesta familia, dónde había mucho trabajo pero también muchas risas, juerga, comida y bebida.

El primer día de matanza, comenzábamos tomándonos unas copillas de aguardiente y ya empezábamos a cantar y reír.
Eran los hombres de la familia los que se encargaban del sacrificio del cerdo y las mujeres nos encargábamos de mover la sangre del cerdo y de lavar las tripas que después usábamos para los embutidos. Como antiguamente no había agua corriente en las casas, teníamos que ir a la canal para lavarlas o hacer acopio de agua anteriormente.

Ese día comíamos asadura con cebolla y unas migas. También se cortaban algunos trozos del cerdo y se asaban en la lumbre de la chimenea.

Durante el primer día se hacía la morcilla de sábado y la de cebolla.
La morcilla de cebolla, como su nombre indica, su principal ingrediente es la cebolla. Y tenemos también la morcilla de sábado,que si nadie nos dice lo contrario, es originaria de nuestro pueblo, típica de Chimeneas, y que se hace con carne de aldeo como riñones, asadura, etc... No lleva cebolla. (Os dejamos las recetas en la sección de recetas típicas)

Los embutidos los llenábamos a mano, y participaban todos en esta tarea incluso los chiquillos. Una vez llenas las morcillas, éstas se iban metiendo en la caldera que teníamos al fuego y  con el agua hirviendo,poco a poco. Se dejaban cocer unos 30 minutos.
Como curiosidad, recordamos, como se decía a los hombres que se fueran lejos de la caldera y que no se metieran las manos en los bolsillos porque podían reventarse las morcillas.


Pero no pasaba nada si se reventaba alguna que otra, porque nos las comíamos esa misma noche con un buen trozo de pan y vino. RIQUÍSIMAS!!!!! Os podéis hacer una idea???


Durante el segundo día de matanza, se descarnaba el cerdo y hacíamos el chorizo y el salchichón, además de salar.

Este día comiamos olla matancera, con su espinazo y su tocino, costillas, morcilla, rabo del cerdo, sus garbanzos y patata pequeña. (Recuerdan  entre risas como se quedaba la cuchara clavada en el plato).

Al final del día, solo quedaba salar los jamones, el salchichón, .... y colgarlos en un lugar fresco para que se curaran.

Con la matanza nos asegurábamos la comida de todo el año. Para conservarla, y como no había frigoríficos, los echábamos en pringue o salábamos.

Nuestros frigoríficos eran los pozos, era allí donde guardábamos la carne, leche, etc, y en casi todas las casas había uno.

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